¿Qué pasa si la temperatura corporal aumenta o disminuye?
El
hipotálamo pone en marcha mecanismos que regulan la temperatura corporal. Cuando
la temperatura desciende, el hipotálamo activa mecanismos de conservación y generación
de calor: aumenta el tono muscular y ordena movimientos que producen calor,
como titiritar, temblar, sacudirse o estremecerse. Otro mecanismo que el cuerpo
emplea para conservar su calor es la vasoconstricción,
la cual consiste en el estrechamiento de los vasos sanguíneos que conducen
sangre a las partes más externas del cuerpo y que son más propensas a ceder
calor al exterior (la vasoconstricción es responsable del entumecimiento de las
manos y de que nos cueste trabajo hablar). Análogamente, un aumento de la
temperatura ambiental también desencadena mecanismos destinados a la dispersión
del calor corporal, como la sudoración, el jadeo y la vasodilatación, que es la dilación de los vasos sanguíneos. Las
sensaciones de frío y calor son otro mecanismo de regulación de la temperatura
que hace que nos cubramos con ropa abrigadora o a refrescarnos con una bebida fría,
por ejemplo).
Cuando
el cuerpo pierde calor más rápido de lo que lo produce y la temperatura
corporal desciende a menos 35°C puede producirse hipotermia, condición que se
caracteriza por la disminución de la respiración y la frecuencia cardiaca. Si la
temperatura continúa disminuyendo se puede producir perdida de la conciencia o
incluso ocasionar la muerte.
Si
la temperatura aumenta por encima de los 37°C, puede producirse hipertermia o
choque de calor, que se caracteriza por la aparición de dolores de cabeza, confusión, aumento de la
frecuencia cardiaca y disminución de la presión arterial (ya que las arterias
se dilatan en un esfuerzo desesperado por eliminar el calor corporal)
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